Animación española: sólidas razones para el optimismo

Emilio Mayorga
19 abril 2024
Animación

Una industria floreciente con ambiciones globales

Desde Cannes hasta los Premios Quirino, la industria de la animación en España celebra un aumento en el reconocimiento internacional, impulsada por producciones diversas y colaboraciones estratégicas, augurando un futuro prometedor para el sector.

Robot Dreams, un melancólico e inusitado canto a la amistad, inició en Cannes Premieres una carrera de ensueño cuyo éxito más reciente fue figurar entre las cinco nominadas al Oscar de animación de 2024. Antes de esto, se convirtió en la cuarta película española en ganar el Premio del Cine Europeo a la mejor película de animación, empatando así con Francia, potencia europea de referencia, desde que se incluyó la categoría.

Por vez primera, dos películas de animación españolas participaron en la sección oficial de San Sebastian: El sueño de la Sultana, de Isabel Herguera, y Dispararon al pianista, de Fernando Trueba y Javier Mariscal. El premio Goya del año fue para la muy esperada Unicorn Wars, dirigida por el que ya es considerado un maestro de la animación europea, Alberto Vázquez. Momias, de Juan Jesús García Galocha, fue otro de los hitos de la temporada, que lleva recaudados en todo el mundo más de 50 millones de euros y, más recientemente, la inauguración del festival de Málaga corrió a cargo de Dragonkeeper, de Salvador Simó y Jianping Li, una insólita co-producción hispano-china, la segunda de la historia después de Bikes (2018).

A su profunda diversidad, estos títulos y sus recorridos suman otras virtudes e indican un momento álgido para el sector, una voluntad de apelar a distintos segmentos de audiencia y un esfuerzo visible de internacionalización tanto en términos de producción como de difusión.

En este empeño de internacionalización se inscribe la sólida participación de la animación española en los certámenes de todo el mundo.

En Cannes, España fue designado país honorífico y el ICEX desplegó una serie de actividades y screenings alrededor del ‘Animation Day’, incluyendo una selección de recientes cortometrajes y la presentación de siete proyectos de animación. Otros siete proyectos españoles o con participación española en la producción fueron presentados en Cartoon Forum (Toulouse), doce lo fueron en Next Lab Generation (Madrid), tres en los WIPs de Ventana Sur Animation! (Buenos Aires), y cuatro pitchings fueron ofrecidos en los Selected Mifa Pitches (Annecy). Además, en los Premios Quirino de la Animación Iberoamericana del año pasado, la serie española Jasmine & Jambo se alzó con el principal premio a su categoría. En la edición del presente año 3 de las 4 nominaciones a mejor largometraje fueron producciones españolas (Robot Dreams, El sueño de la Sultana y Hanna y los monstruos), y en la categoría de series, de cinco nominaciones, tres estuvieron respaldadas por empresas españolas: Pobre Diablo, Sex Symbols, y de nuevo Jasmine & Jambo (segunda temporada).

Además de los Quirino, varios son los eventos y convocatorias alrededor de la animación que se celebran en 2024 en territorio español: Weird Market (Valencia, 1-6 de octubre), Cartoon Springboard (Madrid, 29-31 de octubre), NextLab Generation (Madrid, febrero-marzo), el programa de mentorías para proyectos creados por mujeres iberoamericanas Mianima, los festivales Animac (Lleida, 20-23 de febrero de 2025), Animayo (Gran Canaria (8-11 de mayo) y la International Conference on Animation, VFX & New Media  (A Coruña, 4-6 de julio).

En el pasado certamen de NextLab Generation, entre los tres ganadores de un total de 20 proyectos presentados, hubo una serie respaldada por talento español, Catwalk de Lidia Luna, Omayra González Pérez y Toni Mortero.

Algo notorio, además, es la incorporación progresiva de la animación en los mencionados festivales de Málaga y San Sebastián, además de Sitges, no sólo con proyecciones sino con actividades de industria.

En cuanto a datos de producción, según información facilitada por el ICAA, en 2023 fueron calificados 6 largometrajes liderados por compañías nacionales y 25 cortometrajes, en línea con los datos de 2022 (6 y 30 respectivamente). En 2021 se produjeron 4 largometrajes y 44 cortometrajes, en 2020 fueron 2 y 33 respectivamente, y en 2019 fueron 4 y 40. Dos años seguidos (2022 y 2023) con seis producciones es un dato excelente. Si nos fijamos en Francia, referencia europea, en 2022 se produjeron 13 largometrajes, de los que seis fueron mayoritariamente franceses, siendo los datos más altos de los anteriores 10 años.

Todo ello son síntomas hacia la consolidación de un sector que aglutina a unas 300 compañías, según cifras del ICEX, y que cuenta con una importante red de centros formativos en el territorio para asegurar el talento y el crecimiento futuros. Voxel, U-tad y Lightbox Academy (Madrid), BAU (Barcelona), La Salle y Pepe School Land en Barcelona, Barreira A+D, en Valencia, The Glow Animation Studio (Extremadura), o DigiPen Institute of Technology en Bilbao son algunos de los más destacados.

La animación hecha en España puede beneficiarse de un crédito fiscal general del 30%-25%. En las islas Canarias es del 54%-45%, al que se añade un 0% de IGIC (IVA canario) y un 4% de tipo impositivo en el impuesto de sociedades, cuando en la península oscila entre el 23% y el 25%. No es de extrañar, pues que las islas se estén afianzando como foco emergente para la animación al que están acudiendo empresas internacionales y nacionales para establecerse. Canarias es un nuevo centro para la producción de animacion a los que también se están sumando, entre otros, el País Vasco, Navarra y Valencia.

A principios del pasado año entraron en vigor las nuevas medidas e incentivos para apoyar el cine en Bilbao y su territorio, Vizcaya. Los incentivos fiscales, allí, alcanzan a un 60% si los gastos de producción sobrepasan el 50% del presupuesto total. Y si la lengua de la producción audiovisual es el eusquera, el ‘tax break’ se sitúa en un 70%. Dichos porcentajes de deducciones son los más altos de Europa y los resultados de estas medidas no se harán esperar. Está previsto que las nuevas regulaciones se hagan extensivas este año a Guipúzcoa y Álava, cuando sean aprobadas por las Juntas Generales.

Por su parte, Navarra ofrece un 40% y la Comunidad Valenciana ofrece, además del 30%, un 25% adicional para aquellas producciones con presupuestos a partir de 4 millones de euros y con un 50% del gasto hecho en la Comunidad. El límite de deducción es 1.5 millón de euros.

A esto hay que añadir una nueva línea de ayudas, Ibermedia Next, lanzada el pasado año por el programa Ibermedia en colaboración con los Premios Quirino y la Liga de la animación Iberoamericana. Las ayudas ascienden a 150.000 euros para obras de animación digital o de imagen real que incluyan un alto porcentaje de animación. Este apoyo viene complementado con programas de consultoría y formación por valor de 95.000 euros. A la primera convocatoria el pasado año concurrieron 71 proyectos españoles.

Siempre queda camino por recorrer y una de las reivindicaciones del sector sigue siendo el aumento de apoyo al desarrollo, que hasta ahora está equiparado a las producciones de imagen real, siendo los procesos en animación considerablemente más largos y costosos. Y el valor de la contribución de Ibermedia Next apunta en esta dirección.

En suma, el escenario de la animación española es vibrante, ofreciendo diversidad y actividad más que estimables. El futuro inmediato cristalizará en los siguientes títulos a lo largo de los próximos meses, según informaciones que recabamos de Diboos, la principal organización del sector en nuestro país, e ICEX.

En cuanto a largometrajes, llegarán Buffalo Kids, respaldada por el equipo de Momias y dirigida por Juan Jesús García Galocha y Pedro Solís García. Producen 4 Cats Pictures y vendida internacionalmente por la estadounidense CMG; SuperKlaus, de Steve Majaury y Andrea Sebastián, una producción de 3 Doubles Producciones y Capitán Araña en coproducción con Canadá y cuyas ventas internacionales administra Pink Parrot Media; Mariposas negras, de David Baute, la nueva incursión en el mundo de la animación de Ikiru Films, los coproductores de TadeoRock Bottom dirigida por María Trénor, e inspirada en la música y la vida del músico británico Robert Wyatt, con producción de Alba Sotorra y Jaibo Films, en coproducción con Holanda; Dalia y el libro rojo, de Mr Miyagi Films (los productores de Hanna y los monstruos, que compite este año en los Quirino) en asociación con Argentina, Perú, Colombia y Ecuador, y cuyas ventas internacionales corren a cargo de FilmSharks; y La luz de Aisha, de Mago Production y Filmax, en coproducción con Alemania.

Algunas de las series que serán lanzadas en 2024 incluyen el inicio de la franquicia Superthings, rivals of Kaboom, de Castelao Pictures (Filmax), Tandem Films y Turanga Films, y que más adelante incorporará una segunda temporada y un largometraje; La orquestita, de Mago Audiovisual en coproducción con Perú y Uruguay; The Wawies, de Imagic TV; El diario de Alice, de Lightbox animation studios; Samuel, de Pikkukala Barcelona en coproducción con Francia; Primeras, una producción de TV On en coproducción con Chile; y El Refugio de Audrey, de Peekaboo Animation en coproducción con Francia y Canadá; Además se lanzarán nuevos capítulos de las conocidas Pocoyó y Milo y Trotties.

Un poco más adelante llegarán películas como Flamingo Flamenco (3 Doubles Producciones, en coproducción con la alemana Studio 100 Media), Tadeo Jones 4 (Telecinco Cinema, Lightbox Animation Studios e Ikiru Films, Anangu Grup), Decorado (UniKo, Abano Producións, y The Glow Animation), y los proyectos de Rodrigo Blaas, Alberto Mielgo y Sergio Pablos. Un escenario próximo estimulante.

Relacionados

Noticias relacionadas